El origen de su nombre tiene tintes
de leyenda, mientras unos historiadores lo identifican con un asentamiento de origen celta erigido en el siglo VI
antes de Cristo, llamado Saluxtogi,
sobre el que más tarde se consolidó otro romano bautizado como Turrilux.
Otros atribuyen su repoblación en la etapa medieval, al hallazgo de un
tesoro en ese lugar por parte de un sesmero o repartidor de tierras llamado
Miguel Pico, que habría nominado el núcleo. Sobre tales tradiciones, lo
documentado es que resulta centro de aparición tardía, establecido a finales
del siglo XIV
por concesión del Obispo de Badajoz, al que pertenecía el terreno, para su
ocupación tras quedar despoblado después de las guerras hispano-portuguesas.
En las cercanías de la iglesia
parroquial existió una fortaleza con la que también se relaciona el nombre
de la localidad, cuyo últimos restos fueron demolidos en 1841. De ella perdura,
como único testimonio, un torreón semicircular embutido entre el caserío
en el Paseo de Extremadura.
Pero dejando la tradición que ha
perdurado hasta nuestros días, los únicos documentos que hay lo sitúan en el
siglo XIV por concesión del Obispo de Badajoz, al que pertenecía el terreno,
para su ocupación tras quedar despoblado después de las guerras
hispano-portuguesas.
En 1465 se incorporó por donación
real, junto con Almendral, al Señorío de Feria, alcanzando condición de Villa exenta
en 1635 mediante el pago de 11.000 ducados a Felipe IV.
Durante los días 20 y 21 de Abril de 1902,
se reunieron las sociedades obreras en el Primer Congreso Agrícola, siendo
pionero en el desarrollo obrero, en el mismo se pidió la prohibición del
trabajo a destajo. El año siguiente se volvió a convocar otro congreso, en el
que se probó la conveniencia de formar una Federación de sociedades obreras de
la región extremeña, también se postulo la necesidad de constituir sociedades
cooperativas de producción y el empleo de medios pacificas para las
reivindicaciones, considerando la huelga como un medio poco conveniente.
A mediados del siglo XIX, La Parra pertenecía al Partido
de Zafra, y a la
Audiencia Territorial de Cáceres y eclesiásticamente a la Diócesis de Badajoz, de
la cual era siendo arciprestazgo con silla en la Catedral de Badajoz y en la Colegial de Zafra. Los
pueblos que comprendían el Arciprestazgo eran: Morera, Nogales, Torre,
Almendral, Valverde de Leganés, Salvaleon, Barcarrota, Salvatierra, Feria,
Alconera, Villalba, Solana, Albuera y Santa Marta
EDIFICIOS RELIGIOSOS
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria ,
edificación de gran cuerpo erigida en el siglo XVI, quizá sobre otra anterior
de origen templario, con la que también se conecta la vieja fortaleza. Al
exterior presenta estructura de cajón con sencillas portadas y pesada espadaña
sobre la remodelada fachada frontal. El interior es de nave única de enorme
espacialidad con bóvedas de crucería. Testimonio de la remodelación del templo
sobre otro anterior, son las dos viejas portadas de piedra, hoy cegadas, que
perduran bajo los estribos de ladrillo levantados en el XIV. A los pies se
sitúa un coro añadido en el siglo XVIII.
Portada Principal de la
Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria.
Portada principal de la Iglesia de Nuestra Señora
de la Candelaria. Se
trata de una portada con arco de medio punto enmarcado dentro de un alfiz y con altos pináculos. Además posee una
sucesión de arquivoltas y unas jambas con columnas desnudas.
Una de las portadas laterales de la Iglesia de Nuestra Señora
de la Candelaria. Arco
conopial rodeado de suaves arquivoltas sin decoración y hecha de sillares de
granito llagueados, sobre claves suspendidas en forma de piña.
Otra de las puertas laterales de la Iglesia de Torre de Miguel
Sesmero. Se trata de una puerta de severo estilo tardo-barroca neoclásica, con arco de medio punto, ampliamente decorada
con paneles de mármol y con un escudo señorial en su centro enmarcado en dos
volutas típicamente barroca.
Próxima
a la parroquia se alza la Ermita
del Santísimo Cristo de la
Misericordia , de sencilla fachada y sugestivo interior,
en el que los arcos de ojiva y la cubierta de madera revelan su origen mudéjar.
La cabecera es cupulada, con airosa cubierta de teja al exterior.
Facha
bastante simple donde destaca los sillares de granito de la puerta, aunque no
existe ningún tipo de decoración en el mismo centro de la portada se colocó un
calvario con una cruz de madera y las figuras de san Juan y la virgen María ya
desaparecidas del antiguo conjunto sólo se conserva la cruz que se colocó no
hace mucho tiempo.
Puerta de acceso a la Ermita del Santísimo Cristo
de la Misericordia. Se
trata de un arco de medio punto rebajado enmarcado con grandes bloques de
piedra granítica.
Otra ermita es la de San Isidro, de factura moderna, levantada sobre la
anterior del Espíritu Santo, de la que se conserva su gran portada de arco
apuntado.
Fachada simple de la Ermita de San Isidro que cuenta como única decoración un
arco ojival con un pequeño campanario en su parte superior.
Imagen
de San Isidro Labrador, patrón de los agricultores y de los vecinos de esta
localidad.
Destalle de la talla de San Isidro
Labrador.
También se considera una vieja
ermita la construcción con cubierta abovedada que aparece en el borde de la
carretera de Entrín, y que más bien puede tratarse de la fábrica de jabón que
notician las crónicas antiguas. Esta vieja ermita es conocida por los lugareños
como la Ermita de la Langosta. Cuenta la historia, que una horrible plaga de estos
insectos estaban arrasando todos los alrededores de Torre de Miguel Sesmero y
fue en el lugar donde está emplazada dicha ermita donde esta plaga se detuvo,
no se dirigió al pueblo.
Ermita de la Langosta , edificio de
ladrillo cocido y mampostería, en desuso y que se localiza en la carretera del
Entrín.
Detalle del interior de la Ermita de la Langosta. Bóveda
de cañón realizada en su totalidad en ladrillo cocido.
EDIFICIOS CIVILES
Otra construcción de interés que se levanta a las afueras, sobre el antiguo
camino de Almendral a Nogales, pero en el interior de la población, es el
gran molino aceitero, que se
confunde, por su estructura y origen con un convento. Este gran molino
aceitero, construido a comienzos del siglo XVIII por el Obispo Merino
Malaguilla para el convento de beatas carmelitas de Badajoz.
Se trata de edificación de gran cuerpo, con planta rectangular y numerosos
componentes formales, como vanos de ornamentales recercos, balcones, cornisas,
chimeneas y otros, entre los que, denotando su naturaleza, se distingue el
peculiar torreón de la viga del molino. Al interior se distribuyen los
almacenes, trojes, lagares, alfanges, calderas y demás instalaciones propias de
esta actividad, situándose en el piso alto algunas dependencias vivideras. En
la puerta principal se sitúa el blasón de los Chaves y la fecha de su
ejecución: 1757. Las remodelaciones del siglo pasado quedan indicadas en la
zona del torreón, en la inscripción que las señala como realizadas por el
alarife Antonio Núñez, en 1884.
A nivel popular el edificio es conocido en la localidad
como Molino o Convento de las Claras.
Antigua foto que nos recuerda como era la
entrada a este edificio.
Fachada exterior del llamado “Convento”. Su
función fue de lagar o molino en el S. XVIII
Detalle de una de las chimeneas del
“Convento”. Por su forma redonda nos recuerda a las chimeneas de estilo
portugués.
Detalle de la torre del “Convento”.
Armazón de manpostería y decoración exterior de ladrillos visto y con pináculos
de distintas formas.
Además conserva testimonios de su pasado como la
fuente Vieja con su lavadero y los pilares del Ejido y del Valle.
Fuente del Ejido
Fuente del Paseo de
Extremadura